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"El tiempo que tenemos" una Masterclass en el amor, la vida y ser fiel a una misma

  • Writer: Lorena Arteaga Vilas
    Lorena Arteaga Vilas
  • Feb 16
  • 3 min read

No era un secreto para nadie que Florence Pugh y Andrew Garfield nos iban a dejar con la boca abierta en esta película, pero lo que no me esperaba era la cantidad de matices y la atención al detalle en cada toma. No conocía a John Crowley, pero esta película me ha hecho indagar un poco más sobre su vida, con esa forma tan maravillosa de contar historias, tiene todo el sentido del mundo que este hombre sea irlandés.


La primera cosa que me llamó la atención, fue la lentitud de la película. Lentitud en el mejor sentido de la palabra. En estos últimos años, probablemente por la influencia de redes sociales de consumo rápido, cada vez noto más que las peliculas han dejado de tener la estructura que nos enseñan en el cole de "planteamiento, nudo y deselnace". A los 2 minutos ya estamos en el nudo. "El tiempo que tenemos" es una bonita excepción a esta regla. Toda la película transmite calma; desde los momentos más duros a los más felices, mientras la ves solo puedes pensar "es así, esto es parte de la vida, es verdad, no pasa nada".


Almut, el personaje de Florence, me robó el corazón y me dio envidia al mismo tiempo. Es tierna, dulce, ambiciosa y valiente. Vemos su carácter, y solo podía pensar que ojalá yo fuese capaz de mostrarlo así. Es una mujer independiente, disciplinada, que no tiene miedo a mostrar ira y sabe lo que quiere. Vemos su éxito tanto profesional, con su negocio y el deporte de alto rendimiento, como personal. En la escena en la que cenan todos juntos, está rodeada de su familia, sonríen, se quieren, se echan de menos. Por el contrario a Tobias, el personaje de Andrew, lo vemos mucho más pequeño, es su polo opuesto: en lo poco que sabemos de su vida, no ha sido feliz, su círculo es mucho mas cerrado y a pesar de tener un trabajo que podríamos considerar "exitoso" claramente no se sentía realizado antes de conocer a Almut. Es refrescante ver en la pantalla a un hombre que encuentra su vocación en su familia mientras que la mujer necesita más estímulos para estar completa. Y lo hacen de forma tan sutil, que ni te das cuenta, pero que falta me hacía ver algo así.


La dinámica entre ellos dos es preciosa. Como se complementan sin exigirse, dándose espacio para ser quien son y apoyándose todo el tiempo. Sin duda, son dos horas en el cine en las que vas a poder ver a través de la pantalla lo que yo considero amor. Muchas películas románticas están llenas de tira y afloja, tensión y euforia, pero nada más. En We Live in Time el amor atraviesa la pantalla. Lo notas, te abraza.


Y que gran logro que una película así, llena de calma y amor, tuviese una de las escenas más graciosas que he visto en mucho tiempo en esa gasolinera porque obviamente que justo antes de dar a luz lo que necesitas son cinco paquetes de galletas diferentes, yo, tú y todas.


Qué puedo decir, sabes que una película es buena cuando te hace reír, llorar, enamorarte de sus personajes y sales del cine queriéndo ser una mejor versión de ti misma. "El tiempo que tenemos" consigue todo eso, y luego un poco más.


Corre a verla o guárdatela para una tarde de lluva de esas en las que hace falta un toque extra de amor y romaticismo. No te decepcionará, estoy segura.


Vive tu vida,


Lorena

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